El estrés, cada vez más presente en nuestros días, puede
afectarnos de diferentes maneras. Podemos sentir una pequeña inquietud, nudo en
el estómago o sensación de agobio que nos acompaña en ciertos momentos, o
convertirse en una sensación más intensa que nos provoca síntomas de ansiedad,
incapacidad para enfrentarnos a situaciones corrientes y malestar general.
En cualquier caso, y sea cual sea el nivel de estrés,
siempre nos vendrá bien contar con técnicas que nos ayuden a relajarnos. Para
mí, es como tener una as en la manga, la tranquilidad de decir, sí estoy
nerviosa pero soy capaz de relajar mi cuerpo y mi mente antes de que vaya a
más.
En esta entrada os cuento una técnica que utilizo y tengo
comprobado que funciona. La llamo la luz violeta, el violeta es un color que
proporciona paz a la mente y es perfecto para relajarnos.
Esta técnica de
relajación consiste en lo siguiente:
Túmbate boca arriba en un lugar cómodo y tranquilo, donde
nadie te moleste. Incluso puedes hacerlo en la cama antes de dormirte, aunque
yo cuando lo hago en la cama suelo quedarme dormida antes de finalizar el
ejercicio J.
Una vez tumbada relaja los músculos y realiza cuatro
respiraciones profundas, inspirando lentamente, notando como el aire llena los
pulmones y expirando muy despacio. Al expirar el aire imagina que sueltas con
el toda la tensión, problemas, aquello que te inquieta. No te centres en pensar
en ello solo nota como sale y se aleja.
Tras repetirlo cuatro veces mantente tumbada, relajada, con
los ojos cerrados e imagina una luz violeta, suave y de movimientos lentos que
se acerca a tus pies. Esta luz irá recorriendo tu cuerpo lentamente y relajará
cada músculo, cada parte por la que pase. Imagínala comenzando en los pies,
siente como relaja cada dedo, el empeine, sube hacia el tobillo, allí por donde
pasa esa zona queda totalmente relajada, sube por la pierna, rodillas,…
Continúa el ejercicio de esta forma, recuerda pasar la luz
por la espalda, cervicales, cuello, cabeza, relajando tu mente. Mientras lo
realizas no pienses en nada, céntrate en el color violeta suave de la luz y en
cómo relaja cada parte de tu cuerpo.
Cuando termines abre los ojos, levántate
tranquilamente y, por supuesto, ocupa tus pensamientos solo en aquello que
te hace sentir bien.
Haz la prueba, es un ejercicio muy sencillo de hacer,
incluso antes de dormir, y comprobarás que funciona muy bien.
Consejo: aunque puedes hacerlo antes de dormir, ya que
no siempre tenemos tiempo de dedicarnos un rato en cualquier otro momento del
día, y esta técnica te permitirá descansar relajada toda la noche. Siempre que
puedas aprovecha para buscar otro momento para hacerlo, buscar un rincón
tranquilo, encender una barrita de incienso o velas aromáticas de lavanda y
crear una atmósfera agradable y de paz.
Por muy duro que haya sido o vaya a ser el día, dedicarte un
espacio tan agradable y hacer este ejercicio reconfortante te permitirá
enfrentarte a todo lo demás con calma y positividad.