Mira tu agenda, o repásala
mentalmente, y busca un par de horas libres esta semana solo para ti. Vamos a
recrear un spa casero, crearemos el entorno adecuado y nos haremos unos
tratamientos sencillos.
Para tu spa casero necesitas (consúltame
si no tienes o no puedes adquirir algún elemento, a ver cómo lo sustituimos):
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Sales de baño o una bomba de baño si tienes
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Gel de baño
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Limpiadora facial
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Aceite de Oliva (sí, nos sirve el de la cocina)
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Esponja de mango para la espalda
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Sal
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Azúcar
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Un cuenco
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Cepillo de uñas
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Piedra pómez
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Velas, mejor si son aromáticas
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Reproductor de música con altavoces (si no
tienes la oportunidad de llevar uno al baño, recuerda que el silencio también
es muy relajante)
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Toalla de manos
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Toalla o albornoz de baño
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Crema hidratante corporal
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Tónico facial
-
Crema hidratante facial
Ya tenemos todo lo necesario para
preparar nuestro spa casero, tenlo todo a mano en la repisa de la bañera antes
de comenzar.
Relax y cuidados en sólo 10
pasos:
1. Lo
primero que haremos será llenar la bañera con agua templada/caliente, al gusto.
Llénala a la mitad para que tengamos espacio suficiente al ir realizando los
tratamientos. Cuando le falten aproximadamente cinco minutos, añade al agua la
bomba o sales de baño y enciende las velas. Prepara también la música, debe ser
tranquila e instrumental. Mientras se llena la bañera utiliza la lima para arreglar y dar forma a las uñas (manos
y pies) antes del tratamiento.
2. Con
todo listo nos metemos en la bañera. Enrolla la toalla de manos y utilízala
como almohada para reposar la cabeza.
3. Relájate unos 10 minutos, disfrutando
del ambiente. En este tiempo es importante que despejes tu mente, trata de no
recordar preocupaciones, olvídate de qué vas a preparar de cena o cuanto
trabajo tienes al día siguiente. Céntrate en los sonidos, el aroma de las velas
y sales, nota como el agua relaja tu cuerpo, céntrate en ti.
4. Tras
10 minutos de reposo comenzamos con una exfoliación
corporal. Mezcla gel de baño y un puñadito de sal (hazlo en el momento que
comiences la exfoliación para que no se deshaga mucho la sal). Esta mezcla va
muy bien pero si tienes un exfoliante corporal que te gusta y te apetece usar
¡adelante! Vete dando un masaje exfoliante de abajo – arriba centrándote en
rodillas, codos, pelitos enquistados en las piernas, etc…, comenzando en los
pies y terminando con los brazos. Utiliza la esponja de mango para exfoliar la
espalda.
5. Una
vez exfoliadas y suaves nos vamos a centrar en los pies. Utiliza la piedra pómez para masajear las durezas que ya se
habrán ablandado con el tiempo que llevamos en agua caliente. Limpia las uñas
con el cepillo de uñas. Después mezcla en el cuenco un poco de aceite de oliva
y azúcar, con esta mezcla masajea suavemente las uñas, una a una hidratándolas
bien dejando que la pequeña exfoliación que hace el azúcar al masajear las
limpie de pellejitos y ablande las cutículas. Cuando termines vuelve a meterlos
en el agua para que vayan aclarándose.
6. Abrimos
un poco el grifo y nos lavamos bien las manos. Ya que vamos a comenzar con un
pequeño cuidado del cutis. Mezcla tu
limpiadora facial con un poco de sal (pieles grasas/mixtas) o de azúcar (piel
seca). Realiza masajes en círculos mientras vas exfoliando cara y cuello. Al
terminar, aclara con agua limpia.
7. Ahora
dedica un momento a repasar manos y uñas.
Mezcla, de nuevo, un poco de aceite de oliva y azúcar y utilízalo para masajear
a conciencia manos y uñas. Las dejarás suaves, exfoliadas e hidratadas.
8. Es
el momento de salir de la bañera, date una ducha
rápida para aclarar los restos de aceite y gel exfoliante. Finaliza la ducha con
agua fría, en círculos de abajo hacia arriba.
9. Envuélvete
en una toalla y sécate sin frotar, simplemente empapando el agua. Con la piel
todavía húmeda aprovecha para hidratar
el cuerpo, con la crema corporal que hayas elegido. Puedes aprovechar para
hidratar bien los pies y ponerte unos calcetines de algodón, al día siguiente
¡los tendrás ultrasuaves!
10. Como
ya tienes la cara limpia y exfoliada, aplícate un tónico fácial a golpecitos
con un algodón (mejor si antes lo has metido en la nevera, el frío te relajará
la piel y cerrará los poros). Después del tónico aplica tu crema hidratante
habitual.
¡Ya estás lista! Cuando tengas
oportunidad, una vez por semana o una vez al mes, aprovecha y monta tu propio
spa casero. Cuerpo y mente te lo agradecerán.
Gracias por pasarte por mi blog, q lastima que ahroa los pisos modernos no tengamos bañera :(
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